Hace varias semanas ICE, la agencia del Departamento de Seguridad encargada de lo que se denomina “removals” (o deportaciones) de personas indocumentadas, expidió una política nueva que permite que ciertas personas que han sido solicitadas y que están a punto de inmigrar, no sean trasladadas a trámites de deportación. Sin embargo, el propósito del tema de hoy es alertar a los miembros de la comunidad, de lo que quiere decir dicho cambio en política, porque muchos lo han interpretado como una liberación de las iniciativas anti-inmigrantes del gobierno cuando este no es el caso.
En fín, es importante que la comunidad comprenda que el gobierno se está enfocando en aquellos casos que tienen una solución inmediata, como la de una persona casada con un ciudadano norteamericano. Lo que quiere decir que aquellos que todavía tienen que esperar para que su fecha de prioridad sea vigente, no tendrán la protección de la política generosa de ICE.
La batalla sicológica que siempre se presenta cuando alguien es detenido por ICE es decidir si pedir una audiencia con una juez de inmigración, o firmar su partida voluntaria, lo cual no aconsejo si la persona ha vivido en U.S.A. por mas de diez años, tiene hijos norteamericanos, y tiene buen carácter moral. Los activistas anti-inmigrantes, algunos de los cuales están en el congreso nacional en Washington, D.C., siempre llevan adelante una cruzada que consiste en demostrar que los hispanos contribuimos a la destrucción del medio ambiente, o sea, usamos servicios públicos, no contribuimos al Seguro Social, y, recientemente, somos responsables por la guerra con los carteles de drogas en la frontera con Mexico. Las cruzadas contra nosotros sigue en pie de lucha.
Pero nosotros podemos luchar contra estos ataques sicológicos, y la mejor defensa es asegurando que no firmemos la partida voluntaria si podemos pedir una amparo ante el juez de inmigración. La segunda estrategia bastante efectiva contra la deportación es asegurar que alguien calificado en la familia nos haya solicitado. Porque de acuerdo a mi experiencia, no cabe duda, que tener una carta de representación de mi despacho de abogados ha salvado a muchos de una deportación, porque ICE desea tener cuentas claras y correctas y un licenciado con una buena reputación sirve para eso.
Según proyecciones de colegas en nuestra organización profesional—el American Immigration Lawyers Association—solamente regresan el 40% de las personas que piden una cita con el consulado norteamericano en Ciudad Juarez, por lo tanto, el 60% trata de regresarse a U.S.A. después de perder el caso en Juarez, si es que llegan vivos a la cita. Y aunque el ambiente económico del país ha deteriorado, según la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos, viene una avalancha de trabajos en los próximos ocho años a raíz del envejecimiento de la población norteamericana y el aumento de la tasa de mortalidad y vida, razones para tener mayores servicios de salud. Así mismo, todos estos factores contribuyen a la decisión de muchos indocumentados a no salir de U.S.A., pase lo que pase. Para su mayor protección, haga sus trámites de inmigración, y que su abogado le de una carta de protección.