Si hiciéramos una comparación de estos tiempos con los años anteriores al programa de la amnistía de 1986, considero que los años entre 1981 y 1986 fueron mucho mas duros por las redadas que se efectuaban en escuelas públicas, en iglesias y fábricas. En esos tiempos muchos mexicanos que tenían una orden de deportación, se habían registrado bajo leyes que fueron cambiadas a partir de enero 1, 1977. Con cambios que les quitaron derechos bajo esas leyes, miles de familias mexicanas se vieron en procesos de deportación y con la posibilidad de encontrarse frente a frente con el agentes del gobierno en las escuelas de sus hijos. Claro, la situación no es tan grave ahora, pero sin duda muchos indocumentados corren altos riesgos de ser deportados al manejar sus automóviles hoy día, por la falta de una licencia de manejar, que nunca fue una preocupación entre 1981 y 1986.  

Parece que el gobierno estadounidense hoy aplica prácticas más decentes, generalmente en campos abiertos donde pueden entrar sin el amparo de un tribunal federal o la declaración de un informante.  Hoy día, el gobierno depende de una violación de tráfico para detenerlo y para averiguar si usted tiene papeles o no.

Lo que generalmente respalda a las personas indocumentadas es una evidencia que la persona está en trámites de inmigración; así sea por medio un pariente o de un empleador.

Un recibo expedido por el gobierno acerca de su caso inmigratorio, por ejemplo, le da la oportunidad al oficial de inmigración de dejarlo ir, ya que unos de los criterios utilizados por el gobierno son comprobar que el indocumentado está en trámites de inmigración.

Es increíble que la mayoría de las personas que están en espera por su cita ante inmigración, no carguen una copia de sus trámites ante este despacho. Reconozco que son millones de personas que están tramitando algún documento ante las oficinas del gobierno y son escasas las personas que se previene portando una copia de sus respectivos trámites.

Estas recomendaciones están respaldadas por encuestas hechas por varias organizaciones por medio de las cuales se demostró que el  59%  del público norteamericano desea una reforma al sistema de inmigración. Aunque una reforma ayudará a muchos que no tienen una avenida convencional para inmigrar, la mejor protección es utilizar las soluciones que tienen en este momento, cueste lo que cueste.  Las personas entre las edades de 15 y 30 aᾒos, que están estudiando o se han graduado de la secundaria, o tienen un GED, por ejemplo, pueden pedir un permiso de dos aᾒos con autorización para trabajar.  Y las personas que tienen que salir del país para acudir a una cita consular en su país de origen, pueden pedir un perdón antes de su partida, para mejorar las posibilidades de su regreso del exterior.

Por mas que se manifiesten problemas, todas las personas indocumentadas deben estar reuniendo documentación que comprueben estadía en los Estados Unidos en los recientes  años en esta gran nación y, además, para protegerse lo mejor posible, hasta que el gobierno norteamericano llegue a una decisión definitiva.  Si usted tiene 10 años o mas en los Estados Unidos y tiene hijos norteamericanos, puede obtener una carta de protección que respalda dicha posición legal para un amparo ante un tribunal de inmigración.  No deje de tomar este paso, o aquellos antes mencionados, para evitar su deportación en estos tiempos inseguros.