Este año va ser un año supremamente importante para dos grupo de personas indocumentadas. El primer grupo corresponde a los individuos que se quedaron afuera del proceso consular o ajuste de estatus por haber llegado a la mayoría de edad (21 años), y el segundo grupo está integrado por los hijos de residentes legales que siguen sin poder inmigrar porque tienen una fecha de prioridad después de Julio 15, 1992, si son mexicanos, o después de Abril 15, 2003, si son de otro país latinoamericano. Este segundo grupo también está integrado por hijos mayores de 21 años de ciudadanos estadounidenses con una fecha de prioridad después de Febrero 1, 1993, si son mexicanos, o después de Enero 1, 2005, si son de otro país latinoamericano.
Hago hincapié acerca de la importancia del año 2011 porque existen miles de residentes ilegales como estos hijos que cumplirán 10 años o más de estar en este país, porque llegaron aquí en el 2001 o antes. Todavía siguen solteros aunque con parejas, y con hijos que han nacidos en los Estados Unidos.
Se calcula que en hoy día existen más de un millón de estos residentes ilegales que no han podido obtener la residencia permanente (tarjeta verde) por el atraso que hay en conceder dicha residencia, especialmente para mexicanos.
El cumplimiento de 10 años de domicilio en este país le abre una puerta a todos estos grupos, porque la ley permite que pidan un amparo, cancelación de deportación, si tienen familiares ciudadanos o residentes que sufrirían un daño extremo si la persona ilegal es deportada. En la mayoría de los casos, se trataría del sufrimiento de los hijos ciudadanos que permanecerían en los Estados Unidos sin el apoyo emocional y económico del padre o madre ilegal.
Dicho amparo se puede pedir solamente si la persona indocumentada es detenida. La necesidad que tiene esta persona de obtener un amparo si se encuentran con dichos oficiales, del Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security), aumenta cada día, especialmente en el 2011, porque la persona está expuesta a la “deportación” cada vez que sale de su casa.
Recordemos que tenemos muchos ejemplos claros de la vulnerabilidad de que son objeto. Hoy día, oficiales del Departamento de Seguridad Nacional en carros no marcados están parando a personas “sospechosas,” lo cual ha llevado a su arresto por las autoridades inmigratorias.
El mundo de inmigración es un ambiente totalmente politizado, que está a la merced de las corrientes anti-inmigrantes, que de vez en cuando surgen en el ambiente nacional de los Estados Unidos.
Para concretizar o subrayar, la terrible situación que viven estos inmigrantes indocumentados que todavía esperan su cita con el Servicio de Inmigración se puede comparar con la situación que vivimos hace 20 años, antes de la “Amnistía” de 1986. Por eso siempre aconsejo que se protejan de la intemperie en que vivimos, pidiendo una audiencia con un juez de inmigración. Si tienen la capacidad económica para obtener una carta de protección de un abogado especializado en el campo de inmigración, háganlo.
El primer grupo afectado, los hijos que se quedaron afuera del proceso consular o del ajuste de estatus, deben de consultar con un abogado que conoce el “Child Status Protection Act,” porque es posible que esta ley los puede amparar.
Esta inseguridad ha causado una parálisis social, porque muchos jóvenes han optado por no casarse (no contraen matrimonio) para seguir siendo candidatos para obtener su residencia legal por medio de sus padres. Ésto significa que se acogen a la clasificación de inmigración que ampara a los hijos solteros, mayores de 21 años, de padres que tienen la residencia legal.
Aunque estas personas son solteras, aunque viven con una pareja, tienen el derecho absoluto de pedir una audiencia con una juez de inmigración porque tienen a sus padres, quienes son legales, e hijos ciudadanos. No se dejen engañar por nadie, y pidan esa audiencia con el juez, y no salgan de este país bajo ninguna circunstancia.